Una, Grande y Libre.

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Ese era el eslogan de cuando era muy joven, ya entonces, sin cultura política no lo veía claro.

Ni éramos una, ni grande, ni libre, tampoco éramos iguales, pues los trabajadores se tenían que ir a las Vascongadas y a Cataluña que era donde habían puesto la industria.

A los vascongados, desde la España imperial se les hacía la pelota llamándoles “chicarrones del norte” y a los  catalanes “industriosos”, por el contrario a los andaluces nos ponían a las gitanas/gitanos bailaores y el “finito sevillano” como adjetivo calificativo, Sol y toros, a los extremeños, la dehesa y la boina corta calada, los valencianos eran “esos que hablan catalán raro” y que comían paella, los gallegos, personas introvertidas y con tendencia a la emigración (por lo que se deducía que eran amantes de conocer mundo), los asturianos, esos nacían para ser serenos en Madrid o mineros como el abuelo del cantautor, el resto eran unos desconocidos, serios de talante y secos y fríos como su clima, y los madrileños eran muy escasos, su ciudad era Madrid la capital y estaba llena de foráneos siempre, por lo que encontrar a un madrileño era un caso muy difícil.

Yo estaba enamorado de lo que contaba mi maestro de escuela, me decía que España era tierra de descubridores, de conquistadores y que tras cada español hay un héroe en potencia agazapado para saltar al momento preciso.

Se extendía a lo largo de la historia con gran alarde de conocimiento en hechos y nombres, tanto de personas como de sitios donde se derramó la sangre pura de un o unos héroes españoles, Agustina de Aragón, Eloy Gonzalo “el héroe de Cascorro”, el boticario García de Paredes, el chico llamado “el tambor del Bruc”, los héroes de San Marcial, y de este modo una lista descomunal.

Queda claro que todo ocurrió, que hace mucho tiempo, ¿Llevaría razón mi maestro en lo que decía que detrás de cada español hay un héroe dormido?

Lo que si queda claro hoy, es que no somos ni siquiera una, que no nos sentimos libres y menos grandes.

¿Qué ha pasado? Seguimos siendo gentes con los mismos genes, incluso tenemos la misma clase política corrupta que entonces, conozco por la hemeroteca los desaguisados que se hicieron durante la guerra africana, y otros muchos.

No entiendo las posturas y los “postureos” de muchos de mis convecinos, bueno, la verdad es que ya casi no entiendo nada.

Incluso el eslogan “Todo por la Patria” parece haberse trocado en “Todo por la pasta”.

Que los catalanes se quieren ir de  España, bueno, si preguntan a la gente, es posible que todos queramos irnos de “esta España”.

Hablan de reformar la constitución, ¿pero como? ¿Con la primacía de los que no se sienten españoles?

Creo que a estas alturas tendríamos que definir qué es ser español.

Unos dicen que algunos quieren destruir nuestra forma de vida, ¿A qué se refieren, a la de la corrupción y el desmembramiento constante y sostenido durante 38 años de la Nación española?

Otros sostienen que debemos copiar a tal país o a tal forma de gobierno, ¿Es que no tenemos valores propios que implementar, tan vacíos estamos que tenemos que ir allende de los mares a tomar nota de fallidas formas de hacer las cosas?