Mercado asiático.

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Mucho me temo que los esclavos de oriente todavía van a tener bastante trabajo.

En occidente (que somos los consumidores) están empeñados en darnos condiciones precarias en trabajo y sueldos, lo que es igual a poco poder adquisitivo.

Poco poder adquisitivo en un mundo capitalista de grandes diferencias es igual que decir: frustración colectiva.

Luego, para paliar esa frustración necesitaremos mercaderías a precios “adquiribles” para nuestro escaso poder adquisitivo (y nos las proveerán del mercado esclavista).

Aquí, como hasta ahora, podrá más nuestro egoísmo que nuestro altruismo.

Volveremos a usar la “conciencia” de corcho… e hipócritamente, criticaremos a las grandes marcas por su política de importación de mercaderías provenientes de esos “paraísos” mientras abarrotamos sus comercios aquí en nuestras nihilistas ciudades.

Claro que si nos plantamos de manera seria, y boicoteamos a esas marcas, conseguiremos varias cosas:

1.     Desincentivaremos la comercialización de esos productos producidos allí.

2.     Hundiremos esos negocios in situ.

3.     Hundiremos más aún a los esclavos en su miseria.

4.     Incentivaremos las revueltas violentas y sus represiones en aquellos sitios.

Pero no ocurrirá eso puesto que nuestra conciencia de corcho así lo ha demostrado hasta ahora ver “Nuestro paro es consecuencia de su esclavitud”.

Dejémonos de hipocresías y por lo menos no nos mintamos a nosotros mismos.