¿Ataque de envidia?
Es un grito de escándalo ante
la injusticia comparativa entre un personaje importante para el mundo y los
millones de seres sin importancia para el mundo.
Lleva poco tiempo en ese
empleo del banco del que se ha visto obligada a irse, y surge el escándalo
comparativo: “Le ha dado para poder cobrar 10.000 € al mes hasta que se jubile
en el 2017, y posteriormente cobrará una pensión vitalicia, es decir para toda
su vida”
Yo me jubilaré en el 2016 y
mientras llega cobro 426 € al mes…
No es la persona la que me
escandaliza, que por otra parte ya me ha escandalizado bastante durante el
tiempo que tengo conocimiento de ella, es el de cualquiera que tenga los mismos
privilegios, mientras los sencillos, los humildes, los pobres, son ninguneados.
Solo nos queda el consuelo del Evangelio, porque la justicia en el mundo es un
imposible.
En el mundo solo puedo
encontrar la venganza, la violencia correctora y exterminadora…pero eso no es
solución para mí, son soluciones del príncipe del mundo: el diablo, y su solución
son mi perdición.
¡Malditos seáis vosotros los injustos,
los mundanos, con vuestra mierda de vida!
¡Yo abomino de vuestra
sociedad!
Muy bien Alberto, pero al final ¿qué hacemos?. Nada. La extrema izquierda tiene sus alternativas. Peores aún que el desastre original. Pero ¿y las clases medias?. ¿Tenemos alguna capacidad de reacción? Quizá por nuestra cobardía estamos condenados a ser parasitados por los políticos que hay ahora, y por la inmensa cantidad de zánganos paniaguados que esperan que les caiga el maná del cielo.
ResponderEliminarDespués de reflexionar durante años, solo he encontrado una solución, primero fue el minimalismo como medio de sobrevivir en esta “gusanera”, posteriormente (en los últimos meses) he encontrado consuelo en la Verdad del Evangelio, pero claro, eso solo consuela a los que tengan fe.
EliminarHe abominado del mundo y “sus vicios”, pero como persona responsable que soy con mi sociedad de humanos, todos valiosos, permanezco atento y denuncio las acciones malignas… Cuando me dejan votar, voto en conciencia, sin orejeras partidistas, las opciones (si las hay) más próximas a los valores positivos. Tengo unas claras “líneas rojas” que no paso nunca, ni aún tapándome la nariz, pues no creo en que el fin justifique los medios, si por falta de alternativas o de acciones de personas buenas, el caos y la barbarie se apoderan del mundo, será porque tiene que ser, cúmplase.
Tenemos que tener muy claro algo: “Para que el mal triunfe, solo se necesita que el bien no haga nada”.
Gracias por comentar amigo Ivan