Sobre aforamientos.













Todo el mundo pretende saltar en paracaídas con la seguridad de llevar dos unidades, una para usarla y la otra para emergencia, comprensible, pero injusto y poco práctico.

Tenemos en nuestro país miles de aforados, y todos viven en la seguridad de su blindaje.

Desde la inviolabilidad del rey hasta los 10.000 aforados políticos, junto con los sindicalistas blindados por la ley sindical (que les impide ser despedidos), los funcionarios (que disponen de sus propios fueros) y otros que no caigo en este momento, vivimos en un país de seres blindados, a los que el propio blindaje, les da una seguridad que les hace sentir que pueden delinquir impunemente. Lo que en un principio parecía bueno, se ha demostrado que es pernicioso.
El blindaje es como un guante de cocina, que te da la sensación de poder tomar la cacerola caliente sin miedo a quemarte, y esa seguridad te faculta para la corrupción (o al menos crees que es así, y la realidad lo demuestra).
El blindaje generalizado ha tenido sus consecuencias en la corrupción de TODO estamento público y privado.
A eso lo han llamado: “Estabilidad”.
Bien, pues “desestabilicémoslos”, a todos, sin excepción.
“El miedo guarda la viña” dice un dicho popular.
Si por las buenas no han entendido, sea por la bravas, a ver si lo entienden.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tetas

España, piso compartido

Un paseo agostizo por Madrid