Se cosecha lo que se siembra.

Un tiempo “espeso” el que estamos viviendo. La muerte sobrevenida a la senadora Rita Barberá, en pleno proceso de “linchamiento” de una persona que no está condenada por ningún delito, pero sí tomada como “saco de golpear”, y posterior reacción de la élite política alarmada por la DESAPARICIÓN de la PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, me lleva a reflexionar sobre lo que se siembra, o de la frase de “esos polvos vienen estos lodos”, ó “se recoge lo que se siembra”.
No dejo de “pasmarme”, -y eso que lo tenía pronosticado- por la “supuesta” ingenuidad de la sociedad hipócrita que nos domina.

Se alarman los señores importantes, de que YA no tienen presunción de inocencia,  pues ya  que el artículo de la constitución el 14 del capítulo 2º lo han “licuado” para los hombres (en genérico), eso es lo que han cosechado,cuando cercenaron con una ley la presunción de inocencia para el 50% de la población.
¿Quien les aseguraba que se  iban a salvar  ellos de esa tropelía?
Ya nadie se escapa, TODOS son ya culpables si no son capaces de probar lo contrario, han invertido el valor de la prueba, de ahora en adelante, hasta quién sabe dónde, todos al patíbulo, y ellos los primeros.
(Aunque algunos como el autor de esa ley se haya escapado por detrás de las cortinas).
………………..
Y con respecto al genocidio perpetrado contra los inocentes cristianos en Mosul y otros lugares, el ponerse de perfil, el no hacer caso a esos atropellos cometidos contra los pacíficos cristianos, ha causado un “curtido” moral en las conciencias de este occidente “políticamente correcto”, y ahora, hoy mismo, desde esos mismos “masmedia” silenciosos ante la iniquidad cometida contra los cristianos, que no dieron eco a lo que pasaba, entre otras barbaridades el que los propios vecinos de esas ciudades, marcaran con la letra N en árabe “ﻥ” de Nazareno para indicar a los radicales muslim que en esa casa vivían personas cristianas  para que las pudieran localizar fácilmente, se nos quiere concienciar de los sufrimientos de los otrora "presuntos" victimarios.

El que esos mismos vecinos que pintaban la “ﻥ” en la casa de su vecino cristiano, ahora sufran los rigores terribles de la guerra provocada por los radicales, a los que recibieron con alegría, es la consecuencia que sembraron, y  tienen que asumir su propia culpa.

Yo como ﻥ ya los he perdonado, pero que se comprenda que el “curtido” moral de la conciencia occidental, ya no se va a estremecer por ellos, como no lo hicieron con sus vecinos ﻥ.

Las dos cuestiones que reflexiono, tienen en común, que han hecho “normal” el no reconocer la “presunción de inocencia” al haberse invertido la carga de la prueba, y en ver ya “normal” la barbaridades cometidas contra unos inocentes u otros, -así mismo “presuntamente” inocentes-.

Que Dios nos perdone a todos.

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