¿Donde vas, Venezuela?
Curiosa reacción la que me produce esta
imagen, todas desagradables. Pena, desesperanza y
muchas otras.
Pena y desesperanza
Veo una mujer que aparenta más de
cincuenta años, con una cara radiante de felicidad, como si de una niña pequeña
fuera con "sus juguetes nuevos".
Dicen los expertos que una sonrisa predispone
a buenos y positivos pensamientos, pero a mí esta sonrisa me produce pena y desesperanza.
Pena porque esta mujer sea tentada por el
gusano corrosivo del consumismo.
Desesperanza porque décadas de privaciones
de supuestos "bienes de consumo" no la hayan bastado para aprender
minimalismo no consumista.
Pena y desesperanza porque lo que se le
ocurre a su mandatario sea anticipar la "Felicidad suprema" con una
exaltación consumista.(Aunque sea no pagando, o pagando poco, pero
consumismo).
Si no diferenciamos consumismo de consumo,
mal vamos, aunque creo que por aquellos lares ya van muy mal.
Si los asaltos a las Bastillas de cada
sitio quedan reducidos a asaltar los mercados de consumibles electrodomésticos...mala
revolución es ésta. Se quedan en meros saqueadores.
Además de ser un componente de demonización
de las clases bajas.
Recordemos las escenas de las películas
americanas, donde en cuanto se produce un apagón, salen las clases bajas y
pobres (negros y latinos en su mayoría en las imágenes) como ratas saqueando
los almacenes de TV y ropa cara.
Los señores de la guerra, pagaban tropas
mercenarias, con bajas pagas pero con libertad de saqueo. ¿Es esta la opción
del señor Maduro?
Resumiendo
Política aparte, me repugnan estas
praxis, lo que echo de menos es una pedagogía anticonsumista que precisamente
estas actuaciones contradicen.
La inflación
seguirá creciendo hasta las nubes, el acceso al consumo será cada vez más
inalcanzable, crecerá la frustración del pueblo y la sonrisa de niña feliz de
la mujer, quedará congelada en un rictus de amargura y frustración.
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